segunda-feira, 30 de novembro de 2009
UM POEMA DE LJUDEVIR HLAVNIKOV
eufrates tigris ganges yang-tsé
espadas como ríos delinean nuestro horror bajo este acantilado otro encaje fucilar destituye al sol en pos de un reino pequeño y rabioso que horade el cauce del agua
veinticuatro horas solares silban contra el turno de una muerte natural
ciertamente no hallarás nada personal en cristo cuando laves tu cruz entre las cenizas
alba de enroscado párvulo en el martirologio del símil quieto en el cadáver calciforme y ejemplar
un sextante demediado se opone al signo ya desierto de un fermentado limo
pirámides que no ceden arena que cautive la fábula del incesto exquisito que encienda pétalos de nieve oh rosa circuncisa
dijes y mucosas unciales despojos de cielos no correspondidos datos encallados en la estadística decimal que precede a la primavera
repítase escena en dos lados del electrón en que mandala y urbe se funden así la incertidumbre y el asombro
ouroboros de huesos uñas y alas en el azufre del fósforo reposa un reloj huracanado
este es mi rostro
dulce solaz ahíto entre las bestias y los arenales de ocho puntas tal como rasgó su señal el cordero en los cuatro puntos cardinales de un enjambre
y prefiere devenir lejos de su escolio la perdiz mas tálamo a tálamo tiende su quebrada en la noria
un nigromante y su ruiseñor acaudalado viajan a la última caricia del ciego qué explicación dará lo pulsado pulsándose cual emblema
rollos de semilla crispada en los idus salva del agua muerta el paroxismo de mis llagas y mi desolación suspendida
a partir del fuego vivo la rama se devela entre los muertos ofreciendo honor y gloria en su relicario
coro nupcial habrá tras la fracturación de la mies y las ninfas velarán con las larvas la fija hora del polen el destierro será meditado al unísono
inmóvil y pálido un púber bebe la estela del crepúsculo y desdobla los prodigios
doble llama ocaso y amanecer de las ascuas donde inflama el mundo la eucarística transfiguración del cisne
tripartito el nombre y dual su heráldica la criatura gira sobre un tiempo aural
dispersos los asteroides en cromáticos signos vertebrados la música acompaña al huésped hasta sus orgones
un confín de holocaustos y sacrificios ante la fiebre y el acto de bondad propone su cicatriz
visiones de estupor y piedad se adhieren al recién venido denodando la sed para su extrema transitividad
oh sinfonía de quieta dulzura custodia a mi hermano en la orilla
acá vendrá un día a recibirme de este viaje y llevará un muerto como el mío al lado de los vivos
para que en el mar pueda extraviarse mi cuerpo en su resplandor
de los escombros sea la virtud que aplique al dorso de la lengua
Brandemburgo, s.XV
Leiam mais poemas de Ljudevir na edição de dezembro da Zunái.
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